Dic, 2021
Sostenidas por un Muro
El porvenir es tan irrevocable como el rígido ayer.
No hay una cosa que no sea una letra silenciosa de la eterna escritura indescifrable cuyo libro es el tiempo.
Quien se aleja de su casa ya ha vuelto.
Nuestra vida es la senda futura y recorrida.
El rigor ha tejido la madeja.
No te arredres. La ergástula es oscura,
la firme trama es de incesante hierro,
pero en algún recodo de tu encierro
puede haber un descuido, una hendidura.
El camino es fatal como la flecha,
pero en las grietas está D’s, que acecha.
Soneto con el cual Jorge Luis Borges prologa I Ching. Libro de las Mutaciones, 1975, edición de Richard Wilhelm (Edhasa).
“La visión mira hacia adentro y se convierte en deber.
La visión mira hacia afuera y se convierte en aspiración.
La visión mira hacia arriba y se convierte en fe”.
—Rabino Stephen Wise
“Sólo hay dos maneras de vivir la vida.
Una es como si nada fuera un milagro.
La otra es como si todo fuera un milagro”.
—Albert Einstein
Salmo 137:5-6
“Si me olvidare de ti, oh Jerusalén,
pierda mi diestra su destreza.
Si de ti no me acordare;
mi lengua se pegue a mi paladar,
si no enalteciere a Jerusalén
como preferente asunto de mi alegría.”
La primera vez que fui al taller de Estela y contemplé algunas de estas obras que exponemos hoy en Artify, una corriente de aire fresco rozó mi cuerpo, sentí que mis pies no tocaban el suelo, y una inmensa alegría y tranquilidad me invadieron por completo.
Un Déjà Vu, me dije a mí misma, seguro estas obras ya las he visto en alguna oportunidad y di por concluido el asunto… salvo que el asunto no se concluía. Retornaba a mi mente y a mi cuerpo una y otra vez. Además, Estela había pensado y creado la mayoría de las obras de la serie Sostenidas por un muro, exclusivamente para ser expuestas en Artify en diciembre. Así que no, no había visto estas obras antes… pero… ¿dónde o cuándo he vivido esta experiencia?
Una palabra apareció en mi mente acompañada de esa misma corriente de aire fresco: Jerusalén.
Sí, claro, Ir Shalom, la ciudad de Paz.
También en Jerusalén estuve sostenida por un muro y todos, cuando la visitamos, experimentamos la sensación de ascender física y espiritualmente. Sentimos que alcanzamos una dignidad mayor y volvemos distintos.
Jerusalén se volvió judía por la conquista del rey David, quien decidió que la capital de su reino no sería ninguna que correspondiera a las doce tribus, sino esta nueva ciudad ya elevada naturalmente por su geografía.
Es en el monte Sión donde se construye la ciudad vieja que aún nos maravilla hoy en el siglo XXI.
El rey David y su hijo Salomón edificaron allí el templo del único pueblo monoteísta de la época y asentaron el arca de la alianza para que dejara de ser transportada y tuviera su lugar por siempre.
Entonces, la ciudad se eleva espiritualmente, y con ella todo el pueblo que peregrina desde entonces hasta hoy buscando los vestigios de aquel templo del que sólo nos queda el Muro.
Dice Estela que todas las personas somos un muro, que somos altos, muy altos; que vamos ascendiendo, que nos vamos sosteniendo, superando y teniendo fe.
Yo creo que diciembre es época de milagros.
No hace falta ser creyente para verlos, sólo es necesario estar atentos y mirar con fe a nuestro alrededor.
El arte es un acto de fe.
Esta muestra que Estela Milán ha preparado especialmente para Artify tiene una energía muy particular. Se transmite en los óleos trabajados con la base dorada, en los relieves de la superficie arenada y en la temática de sus obras.
Los invito a ascender en ellas y a que las disfruten con alegría.